Para realizar la estructura utilicé diferentes elementos: Espuma de poliuretano , chapopote como símbolo de Mexicanidad, vidrios y espejos rotos. Con una altura aproximada de 1.66 cm ( mi medida). La idea no era realizar una figura femenina bien estilizada, sino que diera un aspecto más figurativo.

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Inventé mi propia venus, titulada Tlakali que significa nacer en náhuatl. Así como el ave fénix que renace de sus cenizas, ella brota de la tierra, fragmentada, pues aún no termina de germinar, los espejos rotos y el vidrio hacen que en la noche se ilumine, esperando llegar a la luna llena para ser fecundada.

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El hombre consideraba su reflejo como una imagen de su destino. Antiguamente a la diosa Venus se la representaba con un espejo de cobre, pero fueron los romanos quienes introdujeron el espejo de vidrio y los que establecieron la creencia de que quien rompe un espejo tiene siete años de mala suerte. La razón de esta creencia la encontramos en que se creía que cada siete años cada hombre renacía ( hoy en día está demostrado que cada siete años todas nuestras células se han regenerado y ya no somos los “mismos”) . Se decía que los espejos no sólo reflejaban al individuo, sino a su alma. Para deshacer esta creencia sólo había que esperar unas horas antes de recoger los pedazos y luego enterrarlos bajo la luz de la luna, con esa sencilla operación se disipaba todo mal.